«Ninguna carne será perdonada…»
Necrosius en el Asedio de Vraks
Necrosius, es uno de los hechiceros de Nurgle más poderosos de todos. Pocos pueden rivalizar con él a la hora de manipular las artes de la plaga. Durante la historia de sus acontecimientos, se ha ganado más enemistades que aliados, siendo odiado por Imperiales, por Typhus y por Ahirman.
El Apóstol del Contagio: Necrosius
Siendo uno de los apotecarios de la Legión de Marines Espaciales de la Guardia de la Muerte durante la Gran Cruzada, su nombre original ha sido purgado de todos los registros imperiales. Durante los primeros días de la Herejía de Horus, poco después de que la Guardia de la Muerte traicionara al Emperador de la Humanidad, el hombre que se convertiría en Necrosius y sus compañeros Apotecarios entre los Astartes de la Guardia de la Muerte empelaron todas sus habilidades y artes contra las extrañas plagas que asolaban las filas de la Legión. Pero, por desgracia, no tuvieron ninguna clase de éxito.
La descomposición y la enfermedad que devastaron a la Guardia de la Muerte era obra demoníaca de Nurgle, por lo que no existía ciencia mortal capaz de atajarla. La Legión de la Guardia de la Muerte se había convertido en la Elegida de Nurgle en el momento en que se unieron a la causa de Horus.
Necrosius no se rindió y siguió intentado hallar una cura, luchando contra toda esperanza, mientras sus compañeros Astartes se desplomaban y morían a su alrededor, o sucumbían a la desesperación y a las macabras bendiciones del toque infecto de Nurgle.
Se obsesionó con encontrar una solución, incluso mientras las salas del Crucero de Asalto de la Guardia de la Muerte en donde servía se distorsionaban y corroían a su alrededor, y mientras en las sombras los demonios brincaban y se burlaban de sus esfuerzos.
A pesar de que sus camaradas muertos volvían a alzarse llenos de impía vida insuflada por las bendiciones de Nurgle, y de que su propio cuerpo se había convertido en una hinchada y podrida carcasa enferma, siguió empeñado con hallar la respuesta al acertijo más allá de la razón y de los límites de su cordura.
La Mano de Nurgle
Cuando Necrosius oyó la voz de su nuevo Señor de la Corrupción riéndose de él y susurrándole mediante las murmurantes alas de infinidad de moscas carroñeras y los sibilantes gorgoteos de órganos putrefactos y descompuestos, aceptó al fin la horrible verdad acerca de la maldición que había caído sobre él y sobre sus compañeros, y se unió a la causa de la vil deidad.
Necrosius se convirtió en un auténtico converso a la causa de Nurgle, dejando atrás su anterior adiestramiento y su querido papel como sanador de sus hermanos de batalla. Eligió dedicarse en cuerpo podrido y alma enferma al conocimiento y las obras de la muerte y a la investigación de la hechicería demoníaca, destacando pronto como un maestro de las artes oscuras de la necromancia.
Con la ferviente convicción que solo los verdaderos conversos pueden demostrar, Necrosius pronto reunió en torno suyo a un grupo de seguidores hechizados por su oscura oratoria y por su visión de conceder el «don» de la muerte a toda la Humanidad.
Esos primeros discípulos procedentes de la corrupta Guardia de la Muerte se convertirían con el tiempo en los integrantes de la nueva partida de guerra de Necrosius, los Apóstoles del Contagio. Su amargado corazón le permitió no tener que doblar su rodilla ante nadie aparte del propio Padre Nurgle, obedeciendo a su antiguo Primarca Mortarion con reticencia.
Desde hace mucho tiempo ha albergado resentimiento hacia Typhus, cuya traición precipitó la caída de la antaño noble Legión de la Guardia de la Muerte a su maldición final tras perderse en la Disformidad, resentimiento alimentado y enquistado hasta convertirse en una profunda rivalidad y un enfrentamiento directo entre la partida de guerra de Necrosius y la facción de la Guardia de la Muerte dirigida por el antiguo Primer Capitán de la Legión.
Los Apóstoles del Contagio
Pronto, los Apóstoles de Necrosius abandonaron a sus compañeros y siguieron su propio camino, esparciendo la enfermedad y el «don» de la muerte. Como resultado, Necrosius y sus Apóstoles del Contagio han hecho gran cantidad de enemigos y han participado en un número desconocido de atrocidades a través de los milenios posteriores a la Herejía de Horus: desde los horrores de los Genocidios de Dorisca a la devastación del Mundo Virgen Eldar de Cth’rawl.
Durante todo ese tiempo el poder de Necrosius ha crecido y menguado muchas veces. De hecho, existen multitud de fuentes tanto dentro del Imperio como entre las fuerzas del Caos que le han creído muerto en muchas ocasiones, ya fuera a causa de las espadas de los Asesinos imperiales o en las llamas de los fuegos místicos de Ahriman. Pero siempre ha conseguido regresar de entre los muertos. Por ello Necrosius se ha ganado el apodo de «el Inmortal» entre sus devotos.
La batalla de Vraks
En el 813.M41, el herético Cardenal Apóstata Xaphan del Mundo Arsenal imperial de Vraks Prime se rebeló contra el Imperio de la Humanidad. El Asedio de Vraks, como pronto se le llamó, se convirtió pronto en una campaña militar de pleno derecho que rugió durante los 17 años estándar que costó recuperar el herético mundo rebelde de las manos de las fuerzas del Caos.
Cuando Necrosius y su partida de guerra llegaron a Vraks como parte del contraataque del Caos, pasaron totalmente desapercibidos tanto para amigos y enemigos, ya que ambos bandos pensaban que estaba muerto, pues no había hecho alarde de sus oscuras artes ocultas en más de un siglo.
Decidido a no servir a nadie más que a sí mismo, y mucho más a no obedecer ni al Cardenal Apóstata Xaphan ni al poderoso Señor del Caos Lord Zhufor, quien ya se había hecho con la lealtad de la mayoría de los Marines Espaciales del Caos que luchaban en Vraks, Necrosius y sus seguidores pronto se concentraron en realizar sus propias obras de pesadilla.
Los Apóstoles del Contagio se infiltraron entre las filas de los herejes y traidores de Vraks, extendiendo su credo impío y oscuro. Necrosius y su vil banda de hechiceros oscuros llevaron a cabo indescriptibles ritos de la nigromancia más tenebrosas sobre los miles de cuerpos no enterrados que cubrían los campos de batalla y sobre las fosas comunes que salpicaban el oscurecido planeta.
En el momento en el la carnicería cobró su máxima intensidad durante el contraataque del Caos, los cadáveres de los fallecidos se alzaron de entre los muertos, extendiendo la vil corrupción de la temida Plaga Zombie entre las filas de las fuerzas imperiales.
Tras 17 años de la campaña imperial de desgaste, 34 Regimientos de la Guardia Imperial consiguieron finalmente reconquistar el planeta en el 830.M41. El conflicto se cobró las vidas de 14 millones de soldados de la Guardia Imperial así como la totalidad de los ocho millones de habitantes de Vraks Prime, que fueron consumidos por la violenta cruzada o acabaron exterminados tras quedar corrompidos por el Caos. El paradero de Necrosius tras el cierre del Asedio de Vraks es desconocido.
Para finalizar, os dejo con el vídeo que hemos preparado sobre este carismático personaje: